miércoles, agosto 30, 2006

POSIBLES DOSIS DE LOCURA

En reciente diagnóstico clínico que ha asombrado a la comunidad psiquiátrica peruana, el renombrado doctor Montesinos ha identificado -con la sólida autoridad moral que lo asiste- seis claros rasgos de conducta errática en el no menos intachable paciente Ollanta Humala Tasso. Como ya es de público conocimiento, dichas manifestaciones disfuncionales son las siguientes: 1) alto porcentaje de oportunismo, 2) falta de contacto con la realidad, 3) búsqueda de notoriedad, 4) alto nivel de deslealtad, 5) irresponsabilidad y 6) posible dosis de locura. Esta última, como comprenderán, es nuestra favorita pero, mejor, desmenucémoslas una por una, a ver si, por una vez en la vida, nos entendemos.

1. OPORTUNISMO. No hay que preguntarse: "¿A cuento de qué?" sino más bien: "¿A la cuenta de quién?". Que las mayores dudas nos quepan acerca de la accidentada biografía del tal Ollanta, no nos impide reconocer el alto porcentaje de oportunismo del propio doctor Montesinos al haber elegido -con tan buen tino- un día viernes para animarse a romper su hospitalario silencio y formular tamañas revelaciones, confirmando lo que ninguneados Pochos Rospigliosis ya veníamos diciendo hace seis años.

El viernes, como se sabe, es un día estratégicamente inmejorable para armar zafarranchos de proporciones ya que todo lo que pasa en viernes -cuando es así de grosso- tiene enormes posibilidades de convertirse en tema central de los programas periodísticos del fin de semana.

El Doc lo sabe de sobra pues fue este mismo agudísimo sentido de la oportunidad el que lo llevó, por ejemplo, a tramar, ordenar, sugerir o -seamos huevertos- solamente permitir que América transmitiera la exclusivísima entrevista de Laura Bozzo con la mamacita de Zaraí Toledo el viernes previo a las elecciones del 2000. Remember?

Bueno, pues. Admitamos, eso sí, que su experiencia de tantos años marcando la pauta de los grandes temas nacionales ha dotado al viejo Doc de cierta pizca de esa sutileza de la que antaño carecía por completo: pudo haber echado al comandante el mismo fin de semana de los comicios y lo reventaba del todo pero prefirió grabar su mensaje a la nación 15 días antes, en un esfuerzo consciente por dejar de ser tan absolutamente obvio. Este gesto, en apariencia intrascendente, es muy importante pues quiere decir que su percepción de los peruanos ha mejorado y que ahora nos considera un poquito menos mongoloides que antes.

2. DESCONEXIÓN DE LA REALIDAD. "Aunque su habitación-celda contaba con clóset, baño privado, tina y ducha de agua caliente, Fujimori no acostumbraba usarla por la claustrofobia incipiente que padece" -leemos, intrigados, en una noticia encontrada en el portal peru.com sin que nos quede del todo claro qué era lo que el Chino no acostumbraba usar: ¿la ducha, la tina o la habitación-celda?

Esperamos, en Dios, que se hayan referido a la tina. Pero lo de su flamante patología constituye novedad, aunque, por ratos, suene más a agorafobia: "Me cuesta acostumbrarme al aire, al espacio" -ha confesado a su salida de la Escuela de la Gendarmería de Chile que, como se sabe, fue antiguamente un convento de clausura, cuando nada hacía presagiar que alguna vez se convertiría en la meditativa morada del venerable monje de la humildad y la paciencia, con todo y jardín zen seguramente sembrado de cerezos en flor.

Según la versión de uno de los carabineros que lo custodiaba, en uno de los altos muros de la así llamada Ermita Fujimori, todavía pueden leerse las siguientes enigmáticas líneas escritas con un punzón sobre el blanco estuco:

Pasan seis años

Rápida resurrección

El Perú olvida.

Es un haiku. Milenaria forma poética nipona. ¿No es lindísimo? Domo arigato, Matsuo Bash de la amnesia.

3. BÚSQUEDA DE NOTORIEDAD. Que además de cubrirle las espaldas al Tío, Humala hubiera decidido jugar al sublevadito más por saciar su voraz hambre de cámara y su sed de flash que por otra cosa, nadie lo dude. Al final, toditos son iguales. Cortaditos con la misma tijera.

Un ejemplo: en su columna "Los ojos del Chino" del 3 de enero del 2005, Fujimori editorializaba desde Tokio: "Absalón Vásquez no es la primera persona que se resguarda o protege de la injusticia y la persecución. Recordemos que el escritor Álvaro Vargas Llosa ha sido querellado por un personaje cercano a Toledo y ha decidido no regresar al Perú. Igual ha ocurrido con el periodista Beto Ortiz. Y se trata de personas que no comulgan con nuestras ideas". Oh, por favor. No me defienda, ¿quiere? Hágase un servicio: ubíquese, acusado. No me venga ahora con solidaridades. ¿Creyó acaso que nadie iba a darse cuenta de que intentaba colgarse de mi fama? ¿Qué cosa?

4. DESLEALTAD. Primero el Doc dice que Humala Tasso mostró un "alto nivel de deslealtad" con sus subordinados en el así llamado levantamiento de Locumba. Y un par de minutos después añade: "La verdad monda y lironda es que él se prestó para facilitar mi salida del país en el velero Karisma". Si tal como lo sospechábamos desde un principio, la cueca fue así y, con tal de distraer la atención de la tribuna, Humala fue capaz de montar una épica escenificación tan solo comparable con la pasión del Cristo de Comas, ¿no debería Vladi estarle eternamente agradecido?, ¿no le sirvió para fugarse calladito y por la sombra mientras todas las cámaras apuntaban a otro lado? ¿Si entonces lo llamaba "patriota" por qué ahora le dice "falso valor"? Sobre la grosera delación del viernes, me pregunto: ¿no contiene, precisamente, un alto nivel de deslealtad con su eficiente subordinado?

5. IRRESPONSABILIDAD. Ninguna como la nuestra, la de los periodistas que ya hace rato tendríamos que haber aprendido que no hay que publicar obligatoriamente todo lo que la sapaza de Estela Valdivia logra sacarle al jefe por lo bajo con su minigrabadora ni hay que darle media línea de prensa ni un segundo de transmisión a todo lo que Montesinos haga, deje de hacer, diga o no diga. Cuando necesitemos su opinión, se la pediremos. Mientras tanto, que se coma su cana nomás y que se joda. Pero que se joda calladito.

6. LOCURA. Será todo lo Doc que él quiera pero -un momentito- él no es quien para decidir quién está loco y quién no. Y mucho menos en un país que no es, precisamente, el imperio de la sensatez y la cordura. Los abajo firmantes queremos expresar nuestro abierto rechazo a las injuriosas expresiones por él vertidas, ya que pretende darle a la sana locura una connotación peyorativa y discriminatoria que contribuye a empeorar las frecuentes y dolorosas manifestaciones de intolerancia de que somos víctimas en nuestra sociedad.

Atentamente; el Loco Quiroga, el Loco Poggi, el Loco Cardenal, el Loco Perochena, el Loco Bucaram, el Loco de los Balcones, el Loco Cánepa, el Loco Totó, el Loco Letts, el Loco del Pollo, el Loco Zileri, (siguen firmas).