¿QUÉ ES NORMAL?
Respondiendo a las cartas de atribuladas mamás que quieren saber si sus hijos son o no son, nuestro siempre listo consultor en temas de ambiente se aúna aquí a los jubileos de la mal llamada 'Semana del Orgullo Gay' despejando algunas de vuestras dudas más frecuentes con una seriedad digna de mejor causa.
¿Es cierto que los gays viven soñando con ser mujeres?
Si sabemos tan bien qué hacer y qué no hacer con ella es, precisamente, porque tenemos una, señora. Y mejor no me pregunte una qué. Se equivoca usted con gran estrépito. El hecho de que, eventualmente, fantaseemos con su cónyuge no significa, en modo alguno, que queramos ser usted. Ni en nuestras alucinaciones más salvajes quisiéramos cambiar nuestro pequeño Willy por su estuche de peluche. Nos rehusamos a ello con el mismo entusiasmo con que usted celebra la suerte de no haber nacido coreógrafo de vedettes. Además, no es por compadecerlas pero aquello de tener que estar con la regla, el cólico, el tampón, la Kótex con alas, el genio atravesado, el ponstan, el alidol, la píldora del día siguiente, la cera depiladota, la T de cobre y toda esa madre junta la verdad que ha de ser tamaña inflamación tetal. No, thanks.
¿No es una pena que haya chicos tan buenmozos que se pasan al otro equipo?
¡Qué desperdicio!No se apene tanto, señora, que, como decían las abuelas, siempre hay un roto para un descosido. Too cute to be straight -se dice en inglés-, demasiado bonito como para no ser gay así que de desperdicio, nada. La belleza, ya se sabe, siempre es digna de toda sospecha. No solo la propia sino, sobre todo, la de la esposa. Esos que se casan con las super Barbies perfectitas, mmmhhh, qué quiere que le diga. Insisto: usted no se apene, que lo que es una pequeña pena para unos puede ser, en cambio, un penón para los demás. Tenga usted por seguro que siempre habrá quién le saque estupendo provecho al material y ya se sabe que a quien Dios se la dio, que con su pan se lo coma.
Que un joven sea educado o extravagante no significa que sea. así, ¿o sí?Educado también es mi perro Harry pero mejor ni intente ponerle lacito porque le arranca el dedo de un mordisco. ¿De cuándo acá la educación se volvió sinónimo de afeminamiento? Que se sepa este es el único país en el que decir que un hombre 'es una dama' constituye elogio. ¿Y por qué a una mujer relamida no la halagamos con un 'oiga, caballero'? Conozco cabros más ordinarios que un chiste de Néstor Quintero y, si quieren, se los presento para que vean ustedes cómo toda su teoría de la distinción se les va derechito al carajo. Refinamiento es una cosa, mariconería es otra. Demuestre su cultura y no confunda. Ahora bien, ¿cómo estuvo eso de seguir llamándonos 'raros'? De raros, nada, señora, todititito lo contrario. Más numerositos de lo que usted y el alcalde Masías quisieran. Raro será el que no ha probado todavía. Pero usted, tranquila, nunca se deje abochornar y ante la inminencia del menor escándalo, opte siempre por esa genial salida a la que echó mano la mamá de Carlos Cacho la tarde aquella en que su colorido retoño se apareció, en pleno té de tías, regiamente ataviado con makarios y palazzos: "Discúlpenlo, chicas, lo que pasa es que él..¡es hippy!"
¿No será que no se lo han sabido hacer como Dios manda?
¡Espera a que le toque una hembra de verdad.!.para que veas cómo la peina! -habría que agregar-. Mire señora, a este gallo le ha tocado en la vida más de un soberano hembrón en suerte y aquí lo tienen, terco, rebelde y en sus trece. El que nace pa' barrigón, aunque lo fajen de chico. A mí que no me vengan con esa de que 'ven acá que yo te curo, papito' que esa es más antigua que la no menos infalible.
¿Y cómo sabes si no te gusta si no has probado?.
Ya sé que ahora me han salido con la modita esta, tan publicitada, de la bisexualidad pero -¿saben qué?- yo soy chapado a la antigua así que a mí nadie me venga a complicar la existencia con sus novedades. Las cosas son simples: se es o no se es. Punto. Nada de medias tintas conmigo. ¡Bi-se-xua-li-dad! Pero, ¿qué desorden es este? ¡Esas son cosas de forajidos rocanroleros!
¿Cuál es el problema de tener un amigo íntimo?
El problema es que uno no encuentra las palabras adecuadas para nombrarlo, señora. Cuando Starsky & Hutch se decían 'pareja' el uno al otro, sonaba de lo más cool pero, por alguna razón, nunca es lo mismo cuando el que lo dice es Paco Ferrer.
Es imposible decir 'mi pareja' y no sonar como una señorona divorciada y vuelta a casar que ya no podrá volver a decir 'mi marido' por más que quiera. Y, bueno, lo de llamar 'novio' al galifardo de turno se oye tan ridículo que, valgan verdades, trato de decirlo todas las veces que puedo aunque solo sea por reírme más seguido. Personalmente, me inclino más (no te inclines tanto) por el combativo 'mi compañero' porque es mucho más exacto pero, dada la actual coyuntura, la palabrita -ya saben- suena, sin falta, a pañuelos, palomitas, esa nota.
¿Tiene algo de malo estudiar ballet?
En principio, nada. Ni tampoco aprender repostería ni jugar voley. Y últimamente ni siquiera escribir poesía. A esos extremos de perdición hemos llegado. Ya ni en los oficios más musculados y viriles se está a salvo. Pero tampoco hay que tener tanto miedo de explorar nuestro lado femenino: ¿por qué no pasarnos la tarde de hoy planchándole la ropa de cama al prójimo, por ejemplo? Combatamos el machismo. O vayamos quizás un poquito más allá: aceptemos con hidalguía que sucumbimos alguna vez ante la inofensiva tentación de una fonomimia de Paulina Rubio desmelenada frente al espejo. No hay que alarmarse. Total, así es la vida del artista.
¿Es cierto que los del tercer sexo son tan promiscuos que se acuestan con medio mundo?
La mayoría de mis amigos hetero-sexuales debutaron antes de los dieciocho y ahora, que están casados -y se aburren-, la ven mucho más y mejor en un solo candente viernes ruqueril de lo que este sufridito escriba la ha alcanzado a atisbar siquiera en todo este invierno tan crudo. Y con mis amigas mejor ni aventuro estadísticas porque, en el fondo, soy un caballero.
La vida es demasiado corta para ser todo lo promiscuo que uno siempre soñó sobre todo cuando se ha perdido tanto tiempo en la pelotuda represión, pero a qué llorar sobre la leche no derramada. Para qué le digo que no, si sí. Medio mundo se acuesta con el otro medio mundo, señora. Qué triste sería esta vida si así no fuera.
¿Y qué de cierto hay en que, al caer la noche, los de la cumbiamba se ponen las medias nylon, los tacones y el rubor?
La verdad es que, salvo honrosas excepciones, la mayoría es, más bien, bastante ahombradita. Prefiere -como yo- salir a la calle sin afeitarse, con el mismo jean de ayer y carece hasta de la elemental coquetería de ponerse siquiera el más sencillo portaligas de encaje negro. Ya hasta eso se ha perdido. Ahora anda a verlos: si hasta tiran pollos por la calle y todo. Bollos, los de mis tiempos, carretas.
Pero, ¿cómo hago entonces para identificarlos?
¡¡ si a veces ni se leS nota!Ay, seññññora. Usted es la reina de las cachudas y tampoco se le nota. ¿Y por qué? Porque ese es el truco, ¿no es cierto? Que no se nos note. Usted respire hondo y disimule que está pasando recontra piola. Usted ponga su mejor cara de digna y ya está. Que la procesión vaya por dentro, ¿no es cierto? Justamente. ¿Ya vio lo bien que nos entendimos con el ejemplito?
Pero.¿cómo es posible que un hombre casado y con hijitos sea de la moña?
Pues pasa exactamente lo mismo que con el nene que termina abogacía para darle gusto a la mamita y luego poder realizarse como decorador de interiores. Cumplo con recordarle, señito, que aquí en Limalandia se vive y se ha vivido siempre para aparentar. La existencia de los seres se organiza en torno a sus poseras, marketeras, clasemedieras relaciones públicas.
Y el primer requisito para complacer a la tribuna consiste, pues, en sacar tu certificado de normalidad, fundando -como todo el mundo- tu propia bonita familia, célula básica de la soledad.
Pero, ¿cómo?, ¿ustedes.funcionan?
Funcionamos, señora, funcionamos. Cualquiera puede. Cuando se sabe apretar el botón correcto, el motor enciende. Total, nadie es de fierro. Además, cuando está todo tan oscuro uno tampoco se fija mucho en los detalles. ¡Si yo le contara...! Ejem. En fin. Que quede claro entonces que ese es el requisito: una vez que te has casado y te has reproducido convenientemente, listo el pollo, ya puedes volver a poner tu colección de discos de Alaska y Dinarama. Y cuando te vean reinar en la pista de baile, varón, lo negarán en todos los idiomas: '¡Pero si es casado! ¡Pero tiene hijos!' (Ajá. Como Michael Jackson, tesoro.)
Pero, eso sí, a mi hijo que ni me lo miren. ¡porque los mato!Tranquila, Yocasta, que oponiéndose así con tanta fiereza a lo nuestro ya se está pareciendo usted peligrosamente a mi apapachable doña Petronila, la señora madre de mi novio Paolo Guerrero. Serénese un poquito y déjelo al chico que mate sus pulgas solo. Que viva su vida, oiga. Ya está grandecito, no quiera usted ser la eterna notaria de nuestro esplendoroso destino, por Dios. Pero, bueno, ya se sabe que ellas siempre van a ser así. Dominantes y posesivas. Hay que saber sobrellevar a la suegra con beatífica paciencia.
Pero entonces, ¿quién es el hombre?
Los dos, madrecita, los dos. Si de eso se ha tratado todo este asunto desde que el mundo es mundo. ¿No me entendiste nada? No importa. Vuelve al principio y lee otra vez. No te preocupes. Es normal.
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